Uno de los signos que nos llevan a acudir al Periodoncista es que notamos que uno de nuestros dientes se mueve; al comer, e incluso lo sentimos si nos tocamos el diente.
El avance progresivo de la enfermedad periodontal, conlleva a la disminución del hueso circundante de los dientes, y por ende se produce la movilidad de este, ya que su soporte se encuentra disminuido. Junto con la movilidad podemos encontrar cúmulo de sarro, mal aliento, secreción por las encías, sangrado, dolor a la palpación, retracción de las encías, encías enrojecidas. Es inminente que se ha desarrollado una Periodontitis.
El Periodoncista evaluará el pronóstico de todas los dientes, ya que en esta etapa los dientes que presenten una severa movilidad deberán ser extraídos. El tratamiento consistirá en eliminar el sarro, cálculo dental, inflamación y sangrado con el fin de detener el progreso de la enfermedad y preservar los dientes que quedan en boca.